"Conductores guerrilleros"

El lugar del conductor siempre fue el de moderador. Ante cualquier pelea o conflicto que pudiera suceder en el transcurso de su programa, el conductor, por el rol que le tocaba, era el encargado de poner paños fríos al asunto y sostener o aminorar cualquier discusión dependiendo si ésta fuera valiosa o no para la tele.

Sin embargo todo cambia, solo en este 2012 ya se registraron varios hechos que dieron vuelta el lugar de los conductores y que quedaron expuestos como generadores de conflictos, protagonistas de situaciones que transcurrieron sin árbitro que los suavizara.

En Este es el Show, José María Listorti se enemistó con dos integrantes del jurado de Soñando por Bailar. Silvina Escudero y Amalia Granata recibieron todos los descargos del conductor y se arriesgaron a contestar desde móviles breves, sin saber que el “dueño” de Este es el Show iba a tener muchos más minutos de aire para su propia opinión.

Pamela David y su troupe de panelistas también participaron de una disputa en vivo. Lo que parecía que iba a ser una rápida entrevista con Florencia Peña desde Villa Carlos Paz, terminó en una guerra encarnizada. La actriz decidió interrumpir el móvil porque no quería opinar sobre Sr. y Sra. Camas y todas las críticas cayeron sobre ella. Después, hasta llegó la venganza por parte de Desayuno Americano que le adjudicaron una infidelidad a la actriz y le asignaron un nuevo amor!

Otra conductora que tuvo su momento de “combate” frente a las cámaras fue Viviana Canosa. Recién llegada de las vacaciones, mantuvo una tensa conversación con Aníbal Pachano. Canosa volvía una y otra vez a la misma pregunta “¿es verdad que consumís marihuana para tus shows? Lo dijiste en una revista”. Él intentó salir del tema, se explayó sobre cómo se contagió el virus HIV, sobre cómo le iba en el espectáculo, le ofreció una nota extensa y completa, pero delimitando el tema de las drogas. Y ella seguía insistiendo. Finalmente, aunque harto, le respondió que a su edad no se iba a privar de probar lo que quisiera, dio un consejito para los chicos que consumen y puso fin al móvil.

Por ganas de aún más protagonismo, por no medirse del todo o porque siempre da un poco de ritmo una discusión en vivo, los conductores, cada vez más pasionales, se suben al rol mediático y arriesgan su oficio peleándose con figuras (y/o figuritas). Tal vez sea sólo una manera de ponerle más pimienta a la tele o un estado pasajero de algunos que sólo se divierten con la escaramuza.

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